Sería un crimen dejar Córdoba sin tomar un pequeño desvío de 8 kilómetros al oeste, para descubrir el sitio arqueológico de 'Madinat al-Zahra'.

Ubicado a 20 minutos de Córdoba, en las cumbres bajas de Sierra Morena, el complejo fue un brillante faro de la cultura durante el dominio de los Omeyas en el siglo X. Entre sus muros acogió la corte, las viviendas de la administración, los talleres reales y toda una ciudad al servicio de los califas. Organizada jerárquicamente en terrazas, la ciudad estaba dominada por las áreas palaciegas y de protocolo, dignas de las Noches de Arabia.

Según las fuentes árabes, los palacios tenían techos cubiertos con oro, perlas y piedras preciosas incrustadas en la lujosa decoración de mármol, capiteles de marfil y un estanque con mercurio para reflejar estas maravillas. El Salón del Este (o Salón del Trono), la Casa de los Visires, el poderoso pórtico de los desfiles militares, o la mansión de Hajeb (chambelán) Jaafar, fueron revividos por arqueólogos y parcialmente reconstruidos y luego cubiertos por paneles fragmentados de las decoraciones originales.